Preguntas frecuentes


Son enfermedades que tienen una larga duración y progresión generalmente lenta, con el paso del tiempo van afectando y desgastando tanto física como mentalmente a las personas que la padecen.
Casi siempre se presentan en adultos mayores, pero también pueden afectar a personas más jóvenes, a menudo se controlan, pero no se curan. Ejemplo de enfermedades crónicas más frecuentes son: diabetes, hipertensión arterial, enfermedades del corazón y/o riñones entre otras.

La Diabetes es una enfermedad crónica y metabólica caracterizada por presentar niveles de azúcar (glucosa) en sangre elevados (hiperglucemia), aparece cuando el páncreas no secreta suficiente insulina o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce.
De no controlarse adecuadamente, la presencia continua de glucosa alta en la sangre, a largo plazo, puede provocar alteraciones en la función de diversos órganos, especialmente los ojos, los riñones, los nervios, el corazón y los vasos sanguíneos.


La insulina es una hormona liberada por el páncreas como respuesta a la presencia de glucosa en la sangre. Permite que la glucosa penetre en las células para ser utilizada como fuente de energía.
Si la insulina no hace bien esta función, la glucosa se acumula en sangre produciendo hiperglucemia.

La hipertensión arterial es el aumento permanente de la fuerza o presión que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias, cada vez que el corazón late.
Suele ser una enfermedad asintomática misma que, si no se trata o detecta oportunamente puede desencadenar complicaciones graves como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, enfermedades renales, entre otras.

El ejercicio recomendado es el aeróbico, es decir, caminar, nadar, andar en bicicleta, hacer marcha etc.
Tiene que ser continuo, efectivo y hacerlo al menos de 20 a 30 minutos al día, tres días como mínimo por semana. El plan de ejercicio ha de ser individualizado, teniendo en cuenta la edad, si ha practicado ejercicio anteriormente, si padece enfermedades que lo contraindiquen y el estado de salud actual.


  • 1 Adoptar estilos de vida saludables.
  • 2 Realizar un chequeo médico preventivo al menos una vez al año.
  • 3 Mantener una dieta equilibrada, baja en azúcares y grasas y alta en fibra.
  • 4 Evitar la falta de actividad física (sedentarismo), el sobrepeso y la obesidad.
  • 5 Incluir la práctica de una actividad física saludable y regular.
  • 6 Huir de las "dietas milagro" y de la automedicación en todos los sentidos, y especialmente de los productos milagrosos que nos ofrecen para perder peso sin esfuerzo.
  • 7 Entonar un "no" rotundo al consumo de tabaco y evitar el abuso en el consumo de alcohol.
  • 8 Acudir con personal médico capacitado ante cualquier duda y resolución de las mismas.

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